COMO DISCIPLINAR SIN MALTRATAR

06.02.2014 08:51

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 COMO DISCIPLINAR SIN MALTRATAR

PAUTAS DE CRIANZA

Las pautas o patrones de crianza se definen como aquellas reglas y procedimientos que se tienen dentro de un hogar y con base en las cuales se evalúan, castigan y se recompensan las actividades que los niños realizan. Las formas de criar dependen de lo aprendido,  de lo vivido y esto a su vez,  de la influencia  cultural que  ejerce en cada uno de los contextos y que se transmite de generación en generación. Esta práctica cultural está basada en normas y reglas que a veces poseen carácter moral, con valores conocidos y que son aceptadas por la mayor parte de los miembros de cada comunidad con el fin de lograr buen desarrollo en los niños. Si bien es cierto que muchos de estos patrones son eficaces para la supervivencia de los niños, también es importante anotar que existen muchos de ellos que no favorecen su desarrollo integral, estos son en algunos casos realmente violentos contra niños y niñas y atentan contra el desarrollo de su personalidad porque están basados en las relaciones de poder a hijos y magnifican la necesidad de castigo físico y el sometimiento de la voluntad de los hijos como únicos elementos capaces de educar y formar “hombres y mujeres de bien” (citado en Torres y cols, 2004).

 

Por consiguiente, uno de los factores que favorecen la utilización de pautas de crianza apropiadas es comprender y explicar el comportamiento del niño. Algunos consideran que es producto de la herencia, aunque es generalmente reconocido que los niños nacen con ciertas características temperamentales, el hecho de una herencia directa de rasgos de personalidad nunca ha sido establecido. Si el comportamiento es resultado de la herencia ¿Por qué niños de una misma familia tienen personalidades tan diferentes?. Otros consideran que es producto principalmente de las influencias ambientales y de las personas o circunstancias que rodean al niño, si el comportamiento tiene una causa ambiental, ¿Por qué los individuos reaccionan tan distintamente ante las mismas circunstancias?, aquellos que creen que el comportamiento se debe a las fuerzas internas o externas, no admiten la existencia de una capacidad creadora por parte del individuo que le permita tomar decisiones y escoger cómo responder a las condiciones físicas o ambientales. Por último, existe la creencia de que el niño atraviesa por unas etapas que ocurren de una manera  previsible  alrededor de  determinada  edad,  aunque  los  niños  pasan  por  ciertas etapas de reacciones de oposición a los adultos, esto no debe ser usado como una razón para aceptar un comportamiento inadecuado.

La experiencia muestra que hay muchas excepciones a estas reglas y que los niños no colaboradores no siempre abandonan esas actitudes al crecer. Probablemente ellos están en el proceso de establecer un modelo de comportamiento. Los estereotipos, o sea, las ideas comúnmente aceptadas sobre el papel del sexo, tales como “Los varones son varones”, “Las niñas, por naturaleza, son más fáciles de manejar”, han hecho que se anticipen y refuercen ciertos comportamientos. Generalmente se ha esperado, y existe una fuerza considerable en las expectativas, que las niñas sean cooperativas, y que los varones sean rebeldes o perezosos. Se han premiado a las niñas por ayudar a sus madres, pero no se ha esperado ayuda por parte de los varones; por lo tanto el papel del sexo se ha “estereotipado como una conducta natural”. Además se ha llegado a aceptar como “normales”, comportamientos molestos, poco cooperativos y rebeldes. Se espera y acepta el comportamiento negativo en la creencia de que no se puede hacer nada al respecto.

El problema reside en la falta de comprensión del comportamiento humano, y en la creencia de los padres de no tener poder para influir sobre sus hijos y hacer que se porten de una manera más colaboradora. Es necesario reconocer que el comportamiento inadecuado de los hijos no es el resultado ni de una edad, ni una etapa. Puede ser típico o frecuente, pero no se requiere esperarlo, ni aceptarlo, ni considerarlo normal. Aquellos padres que saben diferenciar el comportamiento adecuado del inadecuado se encuentran en una posición más favorable para influir sobre sus hijos y educarlos mejor.

Debe reconocerse que todo comportamiento ocurre debido a un fin social. Todas las personas son seres sociales  que toman decisiones, y cuyo objetivo principal en la vida es ser reconocidas, “pertenecer” a un grupo, a la familia, a la sociedad, etc. Por eso, cada ser humano busca continuamente encontrar y mantener una posición significativa y en esta búsqueda se seleccionan creencias, sentimientos y comportamientos en los que se confía para que brinden un significado. La mejor manera de entender un comportamiento es observando sus consecuencias. Detrás del comportamiento inadecuado existen objetivos y la comprensión de los mismos harán a los padres más eficaces.

 

 

 

ESTILOS PARENTALES

Autoritario

Donde se restringe la ternura y se ejerce un fuerte control. Estos padres establecen normas de comportamiento absolutas para sus hijos que no se pueden cuestionar ni negociar. Optan por una disciplina forzosa y requieren una obediencia inmediata; tampoco utilizan métodos persuasivos cariñosos como el afecto, el elogio y los premios con sus hijos. Por lo tanto estos padres tienden a moldear un comportamiento más agresivo en la resolución de conflictos y menos cariñoso y afectivo.

 

Negligentes

Estos padres carecen tanto del compromiso con los hijos como de la supervisión adecuada. Son bajos en amor y bajo en limites.

 

Permisivos

Proporciona un nivel moderado a alto de cuidado y menos control paterno, existe inconstancia en cuanto a la aplicación de la disciplina, aceptando impulsos y deseos de los.

 

Democráticos

Padres altamente cariñosos y moderados en términos del control paterno en lo relativo al comportamiento de los hijos, facilitando el desarrollo de la competencia social. Es justamente esta combinación paterna la más facilitadora para el desarrollo de la competencia social en los niños.

 

CONSECUENCIAS LOGICAS VS. CASTIGO

No es necesario ser padres castigadores para recibir obediencia por parte de los niños,   existen alternativas que fomentan el entendimiento del orden social en el niño y fomentan la responsabilidad, estas son conocidas como las consecuencias naturales y lógicas del comportamiento.

 

Dentro de la aplicación del refuerzo y el castigo se debe tener en cuenta que lo que se pretende con éstas técnicas es desarrollar responsabilidades en los niños, dando a conocer las consecuencias naturales a los hechos, por ejemplo, si  el niño no come sufrirá de hambre; si   no   quiere   bañarse  sufrirá   el   rechazo   de   los   compañeros.   Cuando   se   utilizan consecuencias lógicas, esto conlleva ciertas ventajas: el niño es el responsable de su conducta, no los padres, el niño puede tomar sus propias decisiones, elegir lo más apropiado, le permiten al niño aprender acerca de la realidad por medio de la experiencia y hará que él vea la relación entre la conducta y las consecuencias.

 

Existen varias diferencias en cuanto las consecuencias lógicas y al castigo, éstas son:

·         El castigo expresa el poder de la autoridad personal, las consecuencias lógicas expresan la realidad del orden social, reconocen los derechos mutuos y el respeto mutuo.

·         El castigo es arbitrario o está apenas relacionado con la lógica de la situación, las consecuencias lógicas se relaciona con el comportamiento inadecuado.

·         El castigo está personalizado e implica un juicio moral, las consecuencias lógicas son impersonales, no implican elementos de juicio personales o morales.

·         El castigo tiene que ver con el comportamiento anterior, las consecuencias lógicas tienen que ver con el comportamiento actual y futuro.

 

Generalmente existe la creencia que para cambiar conductas en los niños se requiere únicamente del castigo y se tiende a olvidar que existen acciones positivas en los niños que son importantes reforzar para que así éste tienda en un futuro a ganar más privilegios comportándose de una manera adecuada. Si el castigo es más frecuente que el refuerzo el niño empieza a relacionar que “sus deberes” siempre tienen que ser castigados para que se cumplan, mientras que si se utiliza el refuerzo el niño tendera a asociar que el realizar estos deberes conlleva a una consecuencia positiva.

El castigo es definido como la aplicación de consecuencias dolorosas o desagradables con el que se obtiene la reducción de esta conducta. El problema con la utilización de castigo surge cuando se utiliza solo la violencia física y la verbal este castigo tiene efectos que perjudican al niño. Se encuentran padres para quienes su única alternativa de solución son los regaños, insultos, golpes, y otro tipo de agresión. Existen métodos de castigo que pueden ser utilizados en ocasiones:

 

Tiempo fuera

Consiste en no dar al niño la oportunidad de recibir un premio por su conducta. Se aplica separando al niño de la situación en la que presenta conducta desadaptativa. Es eficaz para conductas indeseables, cuando se practica con proximidad a tales comportamientos. Significa interrupción de estímulos, por lo tanto no sería adecuado un lugar donde el niño pudiera ver televisión o interactuar con miembros donde obtenga refuerzo.

 

Para la aplicación efectiva de ésta técnica es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

 

·         Al niño se le debe informar acerca del propósito del tiempo fuera y que tanto tiempo durará la condición. Es conveniente discutir con el niño cada vez que se aplique el tiempo fuera.

·         Se debe establecer el tiempo que durará el tiempo fuera (un minuto por año).

·         Si el niño abandona el área del tiempo fuera, grita o destruye objetos se debe iniciar el nuevo tiempo fuera explicándole al niño las razones para esto.

·         En algunas ocasiones el niño mostrará despreocupación por haber permanecido en el tiempo fuera y puede que dé la impresión de que esto no afecta, sin embargo, los adultos deben ser consistentes; seguramente el niño está tratando de mostrar al adulto que esto no le afecta.

 

Retiro de Atención

Las conductas indeseables de los niños generalmente tienen como objetivo llamar la atención de los adultos en forma positiva o negativa, el ignorar la conducta es una técnica útil para debilitar las conductas que son mantenidas por recompensas sociales, la técnica es muy sencilla, no se le presta atención por la conducta ni se entregan premios por esta.

 

Asignación de trabajo extra

Este procedimiento consiste en asignar actividades de acuerdo por los comportamientos emitidos por el niño. Cuando el niño se comporta en forma inadecuada se le asigna una responsabilidad adicional. Puede ocurrir que el niño no realice la tarea asignada, en este caso se le debe explicar la razón de la asignación de ésta, de lo contrario no verá la relación entre su conducta y el castigo.

 

Retiro de Privilegios

Consiste en evitar que el niño haga uso de cualquier privilegio o actitud placentera como consecuencia de su conducta indeseable. Para utilizar ésta técnica en forma adecuada es necesario conocer cuales son las actividades o las cosas que tienen mayor valor para el niño, ya que si se le quita algo que para el niño no es valioso la técnica no surtirá efecto.

 

Para que estos procedimientos sean efectivos, es necesario que los adultos sean constantes, es decir, que la aplicación del castigo debe presentarse siempre que el niño emita conductas indeseables. Es importante que siempre que el niño se comporte en forma inadecuada sea castigado, ya que de no ser así, el niño aprenderá que existen situaciones en las cuales debe comportarse mal; por lo general, cuando los adultos no son constantes el niño no puede predecir cuando sus conductas serán o no castigadas.

 

De acuerdo al refuerzo, éste es definido como la aplicación de consecuencias agradables seguidas a la conducta del niño, son llamadas recompensas, refuerzos o premios e incrementan la presentación de la conducta reforzada o premiada. Se presentan dos tipos de refuerzo:

 

Social

Formas de interacción positivas como alabanzas, agradecimientos, cumplidos, abrazos, sonrisas, besos.

 

Tangible

Incluye la entrega de dulces, comida, dinero, privilegios especiales como consecuencia de las conductas apropiadas emitidas por el niño. Se ganan de acuerdo a un contrato previo hecho entre los adultos y el niño. No es aconsejable este tipo de recompensas muy frecuentemente, ya que el niño puede acostumbrarse a esto y no realiza conductas adecuadas si no existe una recompensa tangible.

 

En efecto, estos procedimientos son aspectos indispensables que deben considerarse para modificar la conducta inadecuada de los niños. Sin embargo, las actitudes de los padres en el momento de aplicar contingencias claras pueden facilitar o entorpecer la eficacia de las mismas. Los padres deben auto-observarse, ya que su comportamiento sirve de modelo para el cambio del niño, es decir, si el cuidador se muestra descontrolado ante alguna conducta inapropiada del niño, este actuará de la misma forma, interfiriendo así en el cambio conductual.

 

 

 

 

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